Hola,

Soy Karolina Agnieszka, aunque me llaman Karol.
No me gusta encerrarme en etiquetas, porque soy muchas cosas a la vez. Madre, buscadora, guía, eterna aprendiz, humana 🙂

Naci en 1987, el año del Conejo de Fuego y crecí en un pueblo al suroeste de Polonia. Muchos inviernos blancos, veranos calurosos…

Mi vida es un viaje de exploración, de conexión con lo esencial, de descubrimiento de los misterios que nos habitan – deep shadows and brilliant highlits. Desde siempre he sentido la curiosidad por entender, de ir más allá de lo aparente, de encontrar significado en las pequeñas cosas. 

Mi pasión por la espiritualidad y el bienestar comenzó con mis propias experiencias. Desde muy niña, me perdía en las estrellas . Cada luna llena, miraba al cielo y pedía deseos. Interpretaba mis sueños y la poesía. Siempre he buscado la magia en lo cotidiano y deseado entender los laberintos de los procesos mentales. 

Confío en mi intuición, aprendo a escuchar mi cuerpo y a bailar con los vaivenes de la vida.

Mi labor es compartir esa sabiduría con quienes buscan respuestas, claridad y dirección. Empecé a estudiar psicología y, aunque nunca terminé la carrera, sigo aprendiendo de ella. Trabajo con astrología, Diseño Humano y el simbolismo del tarot, integrando estos conocimientos con una mirada holística y un profundo respeto por el proceso individual de cada persona. Creo en las claves que pueden abrir puertas.

Mi enfoque no es solo espiritual, también es humano. Creo en la importancia de la conexión con el cuerpo, con las emociones, con el ambiente que nos rodea. Vivo con la certeza de que el bienestar comienza dentro de uno mismo y que el autoconocimiento es el primer paso para vivir en armonía. No se trata de encajar en un molde, sino de descubrir la esencia propia y aprender a fluir con ella.

Llevo explorando también la belleza desde una perspectiva artística y consciente. La fotografía, la escritura creativa y el arte visual han sido siempre parte de mi vida, porque me permiten captar lo intangible: una emoción, una esencia, un instante que habla por sí mismo. Escribo para dar forma a lo que siento, para narrar los laberintos de la mente y el alma, para encontrar sentido en lo que a veces parece caos. Cada imagen, cada palabra, es un reflejo de mi manera de percibir el mundo: con sensibilidad, profundidad y una mirada que busca lo esencial en lo cotidiano.

No soy una maestra, sino una compañera de viaje. No doy respuestas absolutas, pero ayudo a encontrarlas.